Es la tercera entrega de este increíble juego para Kinect, el más moderno controlador de juego libre creado para Xbox 360, creado por Harmonix. Sus dos versiones anteriores fueron consideradas el mejor juego para este dispositivo, pues combina el baile con la coreografía y utiliza canciones modernas y populares.
El juego consiste en escoger una canción, que se presentará en tres diferentes niveles de dificultad. Al iniciar el bailarín comienza la coreografía y vosotros tenéis que imitarlo lo mejor posible, para eso contáis con la ayuda de las imágenes de los pasos que continúan, como recuadros a los lados o también podéis jugar el “paso a paso” que es aprender cada paso por separado.
Esta nueva versión trae varias novedades, que hacen pensar que le están apostando más a la parte social del juego. El modo de batalla, o Crew Throwdown es la principal novedad, donde dos equipos de dos jugadores se dan cita para competir por la corona en varias pruebas de diferentes colores y sabores. Primero, la más “normal” es donde un representante de cada equipo baila y trata de conseguir el mejor puntaje posible para su equipo. Desde el principio, el espíritu fiestero queda en evidencia cuando para iniciar el baile y la canción es necesario un “high five” entre los jugadores.
Pero por lejos lo más novedoso es aquel modo donde cada jugador se para frente a Kinect y ejecuta su mejor paso de baile original. Al repetirlo cuatro veces seguidas, el movimiento se almacena y ahí es cuando entra el rival, que tiene que tratar de repetir de la mejor forma posible aquel movimiento personalizado. El broche de oro es el final, cuando el juego crea una verdadera coreografía utilizando los movimientos registrados por los jugadores, en una especie de Dance Central personalizado que definitivamente agrega nueva vida al juego.
Dance Central 3 tiene toda la pinta de no quedarse en una tercera parte hiper continuista y lanzada casi por obligación. El modo de historia del juego también está súper renovado y viajes en el tiempo de los cuales no nos quisieron dar más detalle pero sí nos dejaron una pildorita: la década de los setenta. Por ahora, lo probado y bailado nos deja más que satisfechos, y con la leve impresión de que este podría perfectamente convertirse en el Dance Central definitivo.